Acerca de mí

Mi nombre es Cristina Sandín Vázquez. Durante años realicé escuelas de padres en las que tenía el valor de explicar y aconsejar sobre premios y castigos, límites y normas. Después fui madre.

Mi hijo Pablo puso mis expectativas del revés y a pesar de ser maestra y Psicopedagoga no tenía recursos para todas las inquietudes que una mamá recién nacida tiene que afrontar. La llegada de Lucía y mi autoexigencia, querer llegar a todo y hacerlo todo “bien”, no facilitaron las cosas, porque eso implicaba atender a las demandas y consejos de muchas personas de mi entorno con muy diversas opiniones. Así que comencé a especializarme en maternidad porque, aunque no tenía ni idea de cómo hacerlo, siempre tuve claro lo que no quería hacer.

Trabajo con niños de Primaria e intento que en mi aula se respire un ambiente de confianza y respeto, por lo que descubrir la Disciplina Positiva fue un regalo para mí ya que le pone nombre a muchos de los factores que de manera intuitiva yo ya había considerado determinantes en la convivencia diaria con la infancia.

Como especialista que ahora soy, puedo indicar que cada familia en su casa y cada docente en su aula actúan de una manera particular y no existe una única forma de hacer las cosas “bien”. No hay una receta mágica que funcione para todos, y permíteme que te diga que si alguien intenta vendértela te está mintiendo. Por eso no me gusta referirme a lo que es o no correcto y en mis talleres y asesorías no tienen cabida ni la culpa ni el juicio. Son los niños, el entorno, las circunstancias y las características de las personas que convivimos con ellos los que determinan cómo actuamos ante los retos que surgen.

Pero hay algo que sí puedo confirmar tajantemente. Sí existen formas de tratar a la infancia que están MAL, y que pueden hacer un daño irreparable a los niños, en su forma de verse a sí mismos y a los demás, de entender en qué consiste el mundo y cómo actuar en él. Esto no es una opinión, afortunadamente los avances en neuropsicología confirman científicamente lo que el sentido (común o poco común) nos dice.

Por eso sigo en continua formación para dar a mis hijos y mis alumnos la mejor versión de mí misma, y ojalá pueda compartir contigo la lupa que te ayude a ver la infancia con otros ojos. ¿Empezamos?