La Lupa lo ve

Existe la opinión generalizada de que cada uno con sus hijos lo hace como puede y que nosotros como adultos “no hemos salido tan mal”. Bueno, la verdad es que nosotros como adultos somos como somos A PESAR de cómo nos han educado y no gracias a ello. (Y que levante la mano quien crea que tiene una vida adulta plena en todos sus aspectos…).

Para mí resultó liberador comprender que los niños no se “portan mal”, sino que no disponen de las herramientas necesarias para saber cómo deben actuar en cada momento. Porque ¿en qué consiste ser niño? ¿Qué es un niño que se porta bien? ¿El que está sentado y callado? ¿Eso no es, mejor dicho, un niño que no te molesta? Ese es el motivo por el que ahora todo mi empeño es hacer llegar esta información a madres y padres, familiares, educadores y cualquier persona en contacto directo con la infancia. Para acompañar el cambio de mirada hacia los niños, algo esencial para darles el trato que necesitan y merecen.

Educar poniendo la lupa en sus fortalezas y logros, acompañando a la PERSONA que tienes delante y no a la que cumple lo que tú esperabas de ella.

Nadie conduciría un avión sin leerse primero sus instrucciones. Me pregunto por qué nos vemos capacitados para acompañar una parte tan crucial en la vida de nuestros niños sin saber de qué manera el trato que les demos afectará a su aprendizaje y desarrollo. Así que creo que formarse para entender mejor a la infancia y conocer estrategias que faciliten una convivencia sana y feliz es un acto de humildad, valentía y responsabilidad. Por eso te invito a contar con LaLUPA en cualquiera de sus formatos. Por eso y porque estoy convencida de que el camino hacia la felicidad no se construye bajo el yugo de la obediencia o la culpa, sino desde el ejercicio de la responsabilidad en libertad.